miércoles, 15 de septiembre de 2010

Analisis Antigona


Antígona


Los antecedentes:

Tras partir Edipo al destierro, sus dos hermanos-hijos, Eteocles y Polinices, acuerdan alternarse en el mando de la ciudad cada uno un año. Comienza el turno Eteocles, pero luego no accede al traspaso del trono a su hermano como correspondía. Eteocles tuvo éxito en establecerse en el poder. Polinices acude entonces a la vecina ciudad de Argos para buscar apoyo en su causa. Ambos hermanos se enfrentan en combate y se dan recíproca muerte. Polinice lideriza la expedición de los Siete Contra Tebas para derrocar a su hermano. En el transcurso de la saga, Eteocles y Polinice mueren en la batalla y se proclama rey Creonte, hermano de Yocasta. El nuevo rey le dio a Eteocles un honorable funeral, pero a Polinice, por traidor, ordenó que dejarán el cuerpo sobre la tierra en el lugar donde había caído. Antígona lo recoge, lo embalsama y lo entierra. Por este delito Creonte la condena a ser enterrada viva en el panteón familiar. Ella se colgó a sí misma en la tumba, y su apesadumbrado amor, Hemón, hijo de Creonte, se suicidó.

Argumento:
Muertos los dos hermanos de Antígona e hijos de Edipo, Etéocles y Polinices, el rey Creonte, tío de ambos hermanos, publica un decreto por el cual se prohíbe dar honras fúnebres a Polinices por haber muerto luchando contra su patria. Antígona no puede permitir que su hermano sea abandonado como pasto para los buitres y decide enterrar a su hermano siendo consciente del castigo que por ello le espera. Da honras fúnebres a su hermano y Creonte la condena a ser encerrada en una tumba hasta que muera, pero ella se ahorca y más tarde y junto a ella, se suicida Hemón, amante de Antígona e hijo de Creonte.  La obra termina con el parlamento de arrepentimiento de Creonte.

Antígona es un enfrentamiento de gran dramatismo constante entre dos personajes: Antígona y Creonte. Una es defensora de la ley natural, amante de su hermano al que debe dar honras fúnebres; el otro es defensor de las leyes de la ciudad que, desobedecidas, debe suponer el castigo al que las ha desobedecido. Antígona sufre un gran conflicto consigo misma, pues es consciente de lo que le acarreará desobedecer las leyes de los hombres, sin embargo, la ley natural y el amor fraternal, será más fuerte, siendo Antígona un personaje verdaderamente noble y dramático. Cuando Antígona se ahorca y con ella el hijo de Creonte, Hemón, Creonte se arrepiente de haber sido tan inflexible y comprende la diferencia entre unas leyes y otras.

Personajes principales:
Antígona, hija de Edipo. Desobedece las órdenes del tío Creonte. Sobrepone las leyes divinas sobre las humanas. Es la hija mayor de Edipo y Yocasta reyes de Tebas. Sirvió de guía a su padre cuando este se saltó los ojos y se fue al exilio, pero regresó cuando éste murió.
Ismene, hija de Edipo. Sumisión.  No confronta al tío, asume actitud cómoda. Vía fácil de la vida.


Creonte, rey, tío de Antígona e Ismene. Representa el poder. Su falla trágica es la soberbia y el orgullo.
Eurídice, reina, esposa de Creonte. Esposa sumisa
Hemón. Hijo de Creonte
Tiresias, adivino, anciano y ciego. Sabiduría
Un guardián.  Anuncia las acciones cometidas por Antígona.
Un mensajero. Anuncia muerte de Hemón y Antígona.
Coro de ancianos nobles de Tebas, presididos por el Corifeo.  Asumen el rol del pueblo. Juzgan y emiten valoraciones sobre las acciones de los personajes.

Lugar de desarrollo: Frente al palacio de Tebas. Toda la acción se desarrolla allí.  Todos los personajes que intervienen en la acción llegan hasta las escalinatas del palacio.
Unidad de acción y tiempo: Las acciones trascurren de sol a sol. Se trata un sólo conflicto, la desobediencia de Antígona.



Partes de la tragedia aplicadas a Antígona:

Prólogo: Diálogo entre Ismene y Antígona.  Este dialogo presenta el conflicto y pone al tanto sobre las situaciones anteriores con Edipo y de la situación con los hermanos. Hay cambio; generalmente era un monólogo en que el protagonista presenta el conflicto.
Párodos 1ra entrada del Coro:   Pone al tanto sobre el estado de la cuestión sobre Polinices y Etiocles. Contrasta el conflicto leyes humanas vs. divinas. Anuncia la llegada de Creonte.
Estásimos: intervenciones del coro entre cada episodio.  Permite evaluar las acciones, opinar, presenta entrada y salida de los personajes.  El coro una vez entra a la orquestra se mantiene allí a lo largo de toda la representación.
Episodios: Secuencia de acciones.

v  Creonte y el guardián: Anuncia a Creonte lo sucedido y las acciones de Antígona.  El guardián teme ser acusado por Creonte.
v  Creonte y Antígona. Confrontación de heroína y antihéroe. Ambos son orgullosos y altaneros.  Ninguno sede.
v  Antígona e Ismene y  Creonte: Antígona rechaza ayuda de Ismene.
v  Creonte y Hemón: Disputa entre padre e hijo. Hemón trata de abogar por Antígona.
v  Antígona presenta su momento de debilidad. Lamentación por no poder disfrutar de los placeres del amor y el matrimonio.
v  Tiresias y Creonte: El valor de la sabiduría.  Tiresias aconseja a Creonte.
v  Mensajero y Eurídice.  La noticia de las muertes
v  Creonte Reconoce sus errores y se lamenta queda solo al final.
Éxodo: Es el canto final del coro.  Presenta un llamado a la reflexión sobre las acciones.  Hay un llamado a la prudencia (mesura) como base de la felicidad.  El orgullo es mal consejero.  Estos vicios o debilidades deben mejorar con la sabiduría que se adquiere con la madurez de la vejez.

Función del coro:

v  Presenta personajes
v  Adelanta o resume la acción
v  Juzga y emite juicio.  Ocupa el lugar del pueblo.  Va cambiando su postura a favor de Antígona.

Antígona y el humanismo heroico:

v  Defiende sus ideales hasta las últimas consecuencias.
v  Actúa de forma intransigente. No cede ante nada.
v  Participa activamente en las decisiones que ha tomado.
v  No disfruta del amor.  Éste pasa a un plano secundario
v  Se queda sola los miembros de su familia no la apoyan.
v  Tiene un momento de debilidad antes de su muerte en el que valora su sacrificio y añora el disfrute del amor y el matrimonio como las otras jóvenes.
v  Acepta su destino.
v  Actúa conforme a la naturaleza de las leyes divinas.  (rendir culto a los muertos, valoración de la familia.

Ley del decoro: Para cumplir con esta regla, no se presentan acciones violentas en escena.  Todas las acciones de muerte y violencia son contadas por medio de los mensajeros y guardianes que entran y anuncian los eventos trágicos violentos.  No hay escenas apasionadas entre Hemón y Antígona.
Tema central: Confrontación entre las leyes humanas versus el cumplimiento de las leyes divinas.


Catarsis: Las acciones de los protagonistas mueven a la compasión y al temor.

Temas secundarios:

v  La muerte
v  La guerra fraticida (guerra entre hermanos)
v  Orgullo y soberbia vs prudencia
v  La familia
v  El amor
o   Filial
o   Erótico
v  Sabiduría de los ancianos
v  Fidelidad
o   A la familia
o   Al estado
v  Honor y deshonra

Antecedentes de Antigona


Antecedentes de Antígona
La maldición de Layo:

Antecedentes De Antigona

Oraculo predice que Edipo Matara a su padre y se casara con su propia madre

Lábdaco, padre de Layo, había heredado el trono de Cadmo, pero su descendencia pronto perdería el favor divino. A su muerte, al ser su hijo Layo demasiado joven, el reinado recayó en un héroe descendiente también de Cadmo, quien fue asesinado por Zeto y Anfión, apoderándose así del poder. Layo huyó entonces hasta las tierras de Pélope; allí fue acogido. Allí se enamoró del joven Crisipo, hijo de Pélope, (para muchos comentaristas ésta es la razón del nombre de Layo, que en griego significa "el torcido o cojo", pues pasaría por ser el introductor mitológico de la homosexualidad). Dominado por la pasión,  raptó a Crisipo, con lo que atrajo sobre sí y sobre las generaciones futuras la maldición de Pélope. Layo intenta conquistar a Crisipo por todos los medios, pero Crisipo no cede a sus demandas. Entonces Layo le viola. Crisipo, lleno de desesperación, se quita la vida. Layo escapa, pero antes recibe la maldición de Pélope: su estirpe se exterminará a sí misma.
Layo regresa a Tebas, donde es proclamado rey. Toma como esposa a otra descendiente del linaje de Cadmo y Harmonía: Yocasta.Cuando los usurpadores desaparecieron, a su vez, Layo fue llamado por los tebanos a ocupar el trono. Layo, rey de Tebas, hijo de Lábdaco, del linaje de Cadmos, se casa con Yocasta, hermana de Creonte. Apolo, desde su oráculo de Delfos, aconseja a Layo que no tenga descendencia, pues sería su perdición; le predice que si tiene un hijo, éste le dará muerte a él, su padre, y se casará con su madre, ocasionando luego la ruina de Tebas. Layo, acudió al oráculo de Delfos a consultar a la pitonisa sobre su destino. La divinidad le aconsejó entonces que evitara tener hijos, pues si llegaba a tener alguno, éste le mataría a él, su padre, y se casaría con su esposa, y madre del hijo. Pero Layo y su esposa Yocasta engendraron un niño, pero tan pronto como nació, lo entregaron a un criado para que lo abandonase a las fieras en el monte Citerón. Esta cruel misión no es cumplida por el criado, y Edipo crece fuerte e inteligente lejos de Tebas. Sin embargo, el criado se apiadó del pequeño y se lo entregó a un pastor que andaba por allí para que se lo llevase lejos. Éste así lo hizo y llevó al niño a tierras de Corinto, su propio país, donde lo entregó a los reyes Pólibo y Mérope (Peribea), que, como no tenían descendencia, lo acogieron como hijo propio. 

Edipo, el regreso a Tebas

Pronto, Edipo, crea envidias en la corte de los reyes. Un día un compañero, lleno de rabia le dice que no es más que un hijo adoptado. Aunque sus padres se lo niegan, la duda ya está plantada en Edipo. Acude a un oráculo y le pregunta si realmente es hijo de Pólibo y Mérope. El oráculo, como es su costumbre, no contesta a la pregunta de Edipo, sino que le dice sin más:"Matarás a tu padre y te acostarás con tu madre."
El joven Edipo, aterrorizado, decidió no regresar a Corinto.Edipo huye. Por nada del mundo quiere hacer algo tan horroroso. Sin saberlo, se precipita a hacer precisamente eso. Comienza para él una etapa de vagabundeo que le lleva hasta una encrucijada de caminos cerca de Tebas. Cierto día se encuentra a un hombre por el camino, con el que tiene un altercado y Edipo le da muerte; lo hace sin saber que ese hombre es su padre, el rey de Tebas. Frente a él se presenta un carro elegante. Allí dentro debe ir una persona importante. El cochero, de muy malos modos, le exige que se aparte del camino para dejarles pasar. Edipo es hijo de reyes y no está dispuesto a dejarse pisotear por un siervo. Así comienza una riña durante la cual Edipo recibe un golpe con la fusta del cochero. Edipo lo mata al instante. Del carro se baja un hombre que le increpa. Edipo lo mata también. Sólo escapa con vida uno de los guardias.

Luego, a las puertas de la ciudad de Tebas, se encuentra con la Esfinge devoradora de hombres la cual proponía a todos los caminantes una adivinanza o enigma. Puesto que nadie sabía dar la respuesta adecuada a este enigma, la Esfinge devoraba al ignorante. La pregunta era: "¿Cuál es el animal que por la mañana anda con cuatro pies, a mediodía con dos y por la noche con tres?". Como siempre, la Esfinge hizo esta pregunta a Edipo, quien acertó el enigma y dijo: "Este animal es el hombre; por la mañana, o sea, en la infancia, anda a gatas (gateando), tiene por lo tanto cuatro pies; al mediodía en la plenitud de su vida, se sostiene sobre dos pies; y por la noche, es decir, en la vejez, tiene que ayudarse con un báculo, con lo que anda sobre tres pies". La Esfinge, vencida, murió inmediatamente. Ante esta hazaña, Edipo es recibido como libertador, siendo nombrado rey de Tebas al cazarse con la reina viuda, Yocasta. De este matrimonio nacen dos hijos varones, Etéocles y Polinices, y dos hijas, Antígona e Ismene.

Pasa el tiempo y Apolo, ofendido por el doble crimen de parricidio e incesto cometido inconscientemente por Edipo, manda la peste sobre Tebas. El adivino Tiresias anuncia que si no es vengada la muerte de Layo, Apolo no cederá en su furor. Edipo lleva a cabo personalmente las investigaciones y se descubre como culpable del crimen, averiguando su verdadera identidad. Su madre y esposa Yocasta se suicida ahorcándose, y Edipo al verla colgada desata el cinturón de la túnica de la reina y con la hebilla y se saca los ojos. A partir de ese momento, Etéocles y Polinices desprecian a su padre, hasta que él determina marcharse de Tebas. Cede el trono a sus dos hijos, Etéocles y Polinices, que deberán gobernar alternativamente un año cada uno para que el pueblo eligiera al mejor. Ya desde el principio surgen continuas peleas entre los dos hermanos, y Edipo, irritado, los maldice: no encontrarán reposo ni en la vida ni en la muerte y morirán el uno en manos del otro. Se marcha acompañado por su hija Antígona. Llega peregrinado hasta tierras del Ática, donde muere. Cuando Antígona vuelve a Tebas, encuentra la ciudad en plena guerra; Polinices ha sido desposeído de sus derechos y ataca a la ciudad de las siete puertas, Tebas, ayudado por seis caudillos que se han unido a él
Los siete contra Tebas: la lucha fratricida
 
Los dos hermanos deciden repartirse el trono. Un año reinará uno y el siguiente, el otro hermano. El primer turno corresponde a  Etéocles. Transcurrido el año, se niega a entregar el trono a su hermano. Polinices se marcha a Argos. Su rey apoya su causa y organiza una expedición que llevará el nombre de los Siete contra Tebas.
La maldición del padre se cumple, y Polinices y Etéocles mueren en una lucha cuerpo a cuerpo, el uno defendiendo y el otro atacando a la ciudad. Pasa a ocupar el trono de Tebas, Creonte, quien ordena que se celebren honras fúnebres en honor de Etéocles, el defensor de la ciudad, mandando que Polinices sea abandonado sin sepultura. 
Antígona
Antígona se niega a aceptar la impía orden de Creonte, y da sepultura a su hermano Polinices. Los guardias la descubren y es condenada a morir, siendo encerrada en una cueva para que perezca de hambre. Hemón, hijo de Creonte, enamorado de Antígona, pide clemencia a su padre, pero éste no cede. Tras el consejo de Tiresias y el Corifeo, Creonte  al fin accede. Decide perdonar a Antígona, pero llega tarde. Cuando Hemón se dirige a liberar a Antígona, se encuentra con que ésta se había suicidado. Cuando Creonte llega a la cueva, encuentra a Hemón a los pies de Antígona, muerta. Éste discute con su padre y se enfrascan en una pelea; ante su impotencia, toma su espada y se la entierra provocándose la muerte. Al enterarse de la muerte de su hijo, Eurídice se suicida. Creonte queda solo y destruido.